Política exterior. 

Díaz enfrentó serios problemas al comienzo de su gobieron. Desde la restauración de la República, México había roto relaciones con Francia, España e Inglaterra, y con las naciones que reconocieron al Imperio de Maximiliano. Esa ruptura persistía en 1877, y formaba parte del cúmulo de problemas que Díaz heredaba de sus predecesores.

La cuestión más delicada derivaba del hecho de que Estados Unidos había suspendido las relaciones diplomáticas con México al caer Lerdo y ascender Díaz al poder, lo cual significaba que el gobierno estadounidense no reconocía al nuevo presidente mexicano.

El reconocimiento de E.U.A resultaba impresindible,no sólo porque era la única potencia occidental con que la Republica Mexicana había mantenido relaciones déspues del Imperio, sino porque el vecino seguía amenazando con la invasíon e incluso la anexión territorial si México no saldaba sus cuentas pendientes o no satisfacía sus demandas.

Consciente de la necesidad que Porfirio Díaz tenía de su reconocimiento, el gobierno estadounidense lo condicionó a las siguientes demandas: el pago puntual de las reclamaciones dictaminadas por una comisión de los dos gobiernos en julio de 1868, el pago de los daños y perjuicios en las personas y en los bienes de sus nacionalidades radicados en México durante las revueltas de la Noria y Tuxtepec, la promesa de que no se obligaría a los ciudadanos estadounidenses radicados en México a conceder préstamos, la derogación de las leyes, la abolición de la zona libre entre los estados de una y otra nación y la pacificación de las fronteras.


La última demanda era la más alarmante, pues el gobierno de Estados Unidos insistía en que sólo uno podía pacificar la zona, proponiendo a Díaz permitir la entrada de tropas estadounidenses en territorio mexicano. Sin esperar a que el gobierno mexicano accediera a tal propuesta, en múltiples ocasiones las tropas estadounidenses cruzaban línea fronteriza. Estas acciones constituían una amenaza para la soberanía nacional, porque corrían rumores de que Rutherford Hayes ( presidente de E.U.A), estaba interesado en anexarse al territorio mexicano y de que sólo buscaba un pretexto para declarar la guerra a México. Díaz actuó con prudencia , y tuvo sumo cuidado de no darle pretexto para una intervención. Entregó puntualmente el abono de la deuda, hizo notar al gobierno estadounidense que el suyo era resultado de una elección democrática, e intensificó las medidas pacificadoras en la zona fronteriza.  

 


¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar