Comercio interno
El
mercado nacional estuvo mejor organizado que en periodos anteriores, se amplió
considerablemente debido a la actividad que se renovó en algunos sectores
productivos, a la supresión de las alcabalas, al establecimiento de un sistema
unificado de impuestos, a la construcción de los ferrocarriles.
Los grandes centros de consumo nacionales fueron la zona central del país,
que concentró poco más de la mitad del comercio al menudeo, los lugares de
consumo más elevado fueron las concentraciones urbanas: México, Veracruz, Puebla,
Guadalajara, y Monterrey.
El aumento del grado de integración del comercio interno no fue total;
persistieron, y aun se reafirmaron, los grandes mercados regionales y locales,
y las áreas de autoconsumo como las haciendas, donde continuaron existiendo
formas comerciales arcaicas, entre las que destacó la "tienda de raya".